Arquitectura Religiosa

Su principal exponente es la iglesia de San Miguel, del siglo XVI, un templo de nave única, cabecera rectangular, con bóvedas de crucería y combados, a la cual se abren la sacristía y una capilla, y con una espadaña de tres pisos rematada con bolas postherrerianas. Esta espadaña fue reconstruida, tras ser destruida por un rayo en los años 60 del pasado siglo.

Iglesia de San Miguel de Aguayo (S.XVI)

Construida en piedra de sillería, en el interior de este templo se encuentran dos retablos, un altar mayor barroco concluido en 1696, instalado y dorado en 1697 y un retablillo neoclásico dedicado a la Virgen del Rosario. En el evangelio se abre la capilla promovida por Martín de la Llana y dedicada a Nuestra Señora de la Concepción, donde se custodian las tallas del calvario de un retablo desaparecido, en 1859 se le añadió una vivienda con pórtico en la fachada sur.

 

Vinculada a esta iglesia estaban las arruinadas ermitas de Nuestra Señora de las Nieves, de mediados del XVII, la de San Roque del siglo XVIII y San Cristóbal, de origen gótico.

Otros ejemplos de arquitectura religiosa son la iglesia parroquial de Santa Olalla, cuya construcción se inició en el siglo XVI, y una ermita con reminiscencias góticas dedicada a Nuestra Señora de la Piedad en Santa María de Aguayo, cuyas imágenes se encuentran depositadas en el Museo Diocesano de Santillana del Mar.

Iglesia de Santa Olalla de Aguayo (S.XVI)

En la parroquia de Santa Olalla de Aguayo, lo más sobresaliente son dos imágenes de Santa Eulalia y San Roque, así como un cáliz del mismo período, cuya donación es atribuida a Diego de Obregón y en el que se puede leer la inscripción: “Diome la serenísima doña Juana de Austria, princesa de Portugal e infanta de Castilla”. Es un templo de una nave y cabecera rectangular cubierta con una bóveda de crucería estrellada con los nervios unidos por claves que portan las armas de Obregón y Castañeda.

 

Arquitectura Civil

El municipio conserva restos de lo que fue una arquitectura civil de calidad que se remonta al siglo XVI. De este modo, en San Miguel de Aguayo se encuentra la torre de los Gómez Bárcena, un interesante edificio del siglo XVI, que mezcla elementos protorrenancentistas (que vemos en las ventanas cuadradas de la fachada principal decoradas con molduraciones clásicas en los alféizares y en el bello alfiz escalonado que enmarca la ventana del piso superior) con otros en la tradición medieval de las construcciones defensivas, como la propia estructura cuadrada de la torre, la cerrazón general de los muros o la pequeña ventana con arco conopial del piso bajo.

Casa – Palacio de los Obregón (Santa Marí­a de Aguayo)
Escudo familiar de la fachada

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Consta de cuatro alturas y acceso a través de un arco de medio punto de grandes dovelas. En la fachada principal se localizan dos escudos (uno de ellos en blanco).

 

Arqueología Medieval

En cuanto a arqueología medieval, en el sitio denominado como “El Campo” en la localidad de San Miguel, junto a la ermita de San Cristóbal (actual casa de cultura), se ha localizado una necrópolis de tumbas de lajas de cronología tardomedieval.

Necrópolis del Campo (Los restos están conservados en el MUPAC)
Dibujo del Castillo del Barridioso

 

Así mismo, podemos encontrar en el sitio denominado “El Barridioso” los vestigios de lo que fue un castillo-fortificación medieval, en el que se pueden apreciar los restos de una muralla con entrada tallada en roca caliza y rampa de acceso.

Cabe reseñar varios mojones empleados para la delimitación del territorio, por sus especiales características:

Hito de Piedra Lucia
  • El hito del Colladí­o, una estela medieval, con una cruz de brazos iguales inscrita en cabecera discoide, probablemente procedente de la necrópolis del Campo.
  • El hito de Piedra Lucia, que si bien no está catalogado como un menhir, es destacable por su gran tamaño, así como, por su forma, ya que parece un hacha neolítica de grandes dimensiones.
  • El hito del Prao Monte, una pequeña piedra con forma ovalada, que contiene una inscripción latina “APRONVS V (otum) P (souit) C (enturia) V, siendo éste el único vestigio existente, que demuestre el paso de los Romanos por el municipio, así como el primer testimonio de la presencia humana en el valle.